A
veces somos incapaces de hablar de nuestras preocupaciones o sentimientos y eso
no hace sino aumentar nuestro dolor. La imposibilidad de contarlo nos impide
comprenderlo de verdad, afrontarlo, resolverlo y analizarlo. Tenemos tendencia
a ocultar esa incapacidad por las razones más variadas y nos dedicamos a
traicionar, a estar siempre rodeados de gente, a escuchar sus historias o a comprar
compulsivamente cosas inútiles. Este caos, este ruido existencial, esta forma
de cerrar los ojos, los oídos y la mente se denomina "intento de fuga".
No hay comentarios:
Publicar un comentario